martes, 1 de septiembre de 2009

¿Vivimos o sobrevivimos?

¿Vivimos o sobrevivimos? Es como preguntarse hoy más que nunca lo que alguna vez el poeta se preguntó: ¿Ser o No ser?, estamos transitando un tiempo de muchas dificultades desde lo espiritual, ya que a diario nos vemos invadidos por ondas del más variado calibre. Antiguamente el hombre, que se encontraba más en contacto con lo natural, vivía más en sintonía con los armónicos que la Madre Naturaleza emana desde el Centro Cósmico del Si, actualmente debido a las tecnologías creadas, esa armonía fue desacoplándose ya que el invento de radios, televisores y por último celulares, aumentaron las ondas de diferentes frecuencias que van atravesando en todo momento al ser humano, al principio solo eran unas pocas ondas de radio pero con el invento del celular se multiplicaron por miles o mejor dicho por millones.
No nos damos cuenta que nuestro interno se ve alterado por esas y otras ondas, que van alterando nuestra mente y por causa y efecto nuestro cuerpo físico, recomendable es volver a tener contacto con la Naturaleza, en nuestras ciudades ir a parques o plazas, escuchar el sonido del canto de los pájaros, observar no con los ojos físicos, sino con los ojos del alma los árboles, las plantas, tratar de dejarnos llevar por el movimiento de las hojas cuando sopla el viento a través de ellas.
Escuchar los sonidos naturales es una terapia utilizada por las civilizaciones desde la antigüedad, de hecho por ejemplo los griegos aconsejaban a aquel que tenía una dolencia oír el sonido de una cascada de agua para armonizar la mente, se tenía una visión integral del hombre, ya que el hombre no es solo su cuerpo físico, sino también su mente (psiquis), limpiar nuestra mente de pensamientos no sanos es una tarea que ya hacían desde esas épocas, nuestros antepasados.
También se curaba a través de la música, porque la música extrae del abstracto las notas musicales para transformarlo en energía, como es el sonido, por eso es aconsejable también escuchar música que armonice la mente, tratar de evitar la música altisonante, ya que como dije antes el sonido es energía, ondas que van atravesando las distintas capas de nuestro ser y si se trata de ondas desarmónicas, nos desarmonizaremos y será un doble trabajo luego para retornar a nuestro centro.
Dijimos que se están viviendo momentos de mucha dificultad para encontrar el Centro, el Centro donde habita la Paz que tanto necesitamos, nuestras aguas internas se encuentran agitadas y a veces en estado tormentoso que no nos permite pensar o al menos sentir, centrándonos para poder ver con más claridad el camino a tomar. Es recomendable diariamente hacer un ejercicio de relajación produciendo así un espacio, un espacio mental que nos libere de las ataduras del diario acontecer, que nos permita salir de la rutina. Liberarse es abrirse a la percepción del Si Mismo, ese que habita dentro de nosotros y que tanto desconocemos. Re-flexionar (flexionarse hacia dentro), sobre nuestro acontecer diario, transformar aquello que no nos produjo placer, debería ser una tarea diaria para ir limpiando los cristales de nuestros anteojos interiores, aquellos que usan lentes para mejorar su visión saben que si tenemos los lentes sucios no vemos claramente y podemos llevarnos algo por delante, así ocurre también con la visión interior si uno no “limpia” la visión de las cosas se distorsionan y “nos llevamos por delante” la vida, o mejor dicho la vida nos “lleva por delante”.
Muchos Maestros y Avatares, conocidos y desconocidos enseñaron a aquietar la mente para vaciarla de las voces que desviaban la sana a-tención (sin tensión), y enseñaron que al igual que un recipiente hay que llenarla con lo mejor de uno para que el paisaje se llene de sueños e ideales, bellos y puros. Eso lo podemos ver en la película El Secreto, llamativamente dicha película reúne en gran parte las enseñanzas que fui recibiendo de mi Maestro Oscar Badolato, y que un poco están siendo resumidas en este espacio y a través de el llega a ustedes, ya que aprendi que nada debe quedar para uno sino que se le debe dar movimiento porque nada en el universo esta quieto, todo vibra, según dice el libro El Kybalión escrito por Hermes Trimegisto, el tres veces grande o mejor dicho el tres veces iniciado.
Ahora Tú que eres Hijo del Espíritu Supremo que en su Máxima Vibración, de aparente Quietud, comienza a centrarte y adquirir el movimiento de la Naturaleza de Ti mismo para entrar en Común-Unión en el Todo. Que así sea.

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